El pulsómetro se ha convertido en un complemento casi imprescindible para el corredor. Para sacarle el máximo partido y obtener los datos más exactos posibles, te damos esta serie de recomendaciones:
• Todos los pulsómetros emplean la clásica fórmula de 220 menos la edad para obtener la frecuencia cardiaca máxima y, a partir de ese dato, establecer las diferentes zonas de pulsaciones para las sesiones de entrenamiento. Si averiguas, mediante una prueba de esfuerzo, tu frecuencia cardiaca máxima
real y la introduces como dato, entonces las zonas de trabajo que te propone tu pulsómetro serán mucho más precisas.
• Otros datos como la talla y el peso también resultan imprescindibles para el correcto cálculo del consumo de calorías, del VO2 y otros. Por eso, debes actualizar en tu pulsómetro dichos datos cada mes.
• Los pulsómetros de última generación son capaces de planificar tu entrenamiento, pero para que dicha planificación sea adecuada a tus circunstancias personales debes ser realista con los objetivos y disponibilidad que marques en el aparato. Además deberás realizar frecuentemente los test relacionados con el nivel de condición física y recuperación para que pueda reajustar las zonas de entrenamiento en las que te va a recomendar correr.
• Si tu pulsómetro tiene la función de planificación del entrenamiento por objetivos (mantenimiento, mejora, etc), el reloj te marca la tipología de cada sesión y, sobre todo, las pulsaciones de referencia, avisándote mediante signos luminosos o auditivos si debes aumentar o disminuir el ritmo. Luego, en la agenda, se puede comprobar si vas cumpliendo con tus sesiones.