lunes, 7 de febrero de 2011

Aquel sábado de Ovett

Un Ovett muy joven, en una de sus míticas victorias en el Crystal Palace de Londres
Una mirada al pasado. La memoria acude al rescate de vez en cuando, al rescate de épocas inolvidables del atletismo. Mi época favorita, los años de Sebastian Coe y Steve Ovett, dos atletas que nos encogieron el alma, hace mucho, mucho tiempo.
A pesar de su coincidencia geográfica y temporal, Coe y Ovett eran muy diferentes. Ovett era un atleta de origen obrero en Brighton (sus padres tenían un puesto en el mercado), muy independiente, de entrenamiento natural y poco amigo de luchar contra el cronómetro: lo suyo era disfrutar en la pista y ganar carreras con su gran velocidad final.
Coe era diferente. Hijo de un alto directivo de una compañía de acero de Sheffield (su padre fue siempre su entrenador), siempre era diplomático y agradable en el trato con todos. Se entrenaba con una disciplina tremenda y, aunque también disponía de un gran cambio de ritmo, se hizo famoso por perseguir y batir records mundiales en 800, 1000, 1500 y la milla.

Un cambio de opinión

Una de mis anécdotas favoritas del atletismo la protagonizó Ovett un sábado de 1977. Para poner las cosas en perspectiva, conviene recordar que el joven de Brighton tenía sólo 21 años y había sido quinto el año anterior en los 800 metros de los Juegos Olímpicos de Montreal. Aquel sábado, Ovett debía correr una prueba de 1.000 metros en Edimburgo. Pero perdió el avión que debía llevarlo a tierras escocesas. Siempre un espíritu tranquilo, el genial Steve ni se inmutó. Se volvió para Brighton.
Allí, Matt Paterson, su inseparable compañero de entrenamientos, le pidió un favor. Matt debía correr una media maratón esa tarde en Dartford.
-¿Por qué no me llevas en coche? Así estaré más tranquilo.
-De acuerdo.
Los dos amigos se pusieron en marcha. Mientras llegaban, Ovett decide que también va a inscribirse en la carrera.
-Matt, voy a pedir unas zapatillas, me inscribo en la carrera y te acompaño. Puedo hacer diez o doce kilómetros contigo.
-Genial. Me vendrá muy bien.
El final de la anécdota, la demostración de que Ovett era un corredor genial, instintivo, hasta caprichoso, está ya en la historia del atletismo inglés.
Ovett tomó la salida, se colocó cerca de la cabeza, se vió cómodo, cruzó el kilómetro diez, siguió sintiéndose muy a gusto ... ¡y ganó la carrera con un minuto de diferencia! Su crono, 1h05:38, sin preparación específica, muestra su tremenda clase como atleta, un crono increíble para un atleta de 800 metros. Y explica también el espíritu de aquel atletismo. Un espíritu, alegre, flexible, que hoy en día vive, sobre todo, en los corredores populares.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por recordarnos estos tiempos Ignacio. Los que peinamos canas conocíamos esta increible historia. Y un detallazo por tu parte hacernos a los populares partícipes de ese espíritu libre y aventurero. Saludos.

Raúl dijo...

Recuerdo con añoranza las carreras que ví de Sebastian, lo que disfruté y se me ponia la carne de gallina viendole, coincido en el detallazo que tienes al comparar ese espiritu con el de los corredores populares.
Un abrazo

Luis Montes dijo...

Fue una época irrepetible. A veces me pregunto que habría pasado si van Damme no hubiese terminado su vida tan pronto. Probablemente Coe y Ovett habrían sido incluso mejores porque durante varias temporadas no tuvieron rival. (por cierto, Ignacio, podrías algún día hablar de este excepcional atleta malogrado). Lo del año 81 fue impresionante. Qué pena ver el erial en que se ha convertido el atletismo europeo (incluido el británico) en la actualidad.

Saludos

JOAQUÍN CARMONA TORRE dijo...

SALUDOS:

GRACIAS POR COMPARTIR ESTAS HISTORIAS. NO LA CONOCÍA. SE APRENDE SIEMPRE.

SIN MÁS:

JOAQUÍN CARMONA TORRE

Santa Biología dijo...

Por historias como estas es por lo que enamora este deporte.

Un saludo

Anónimo dijo...

Ovett tenía más talento que Coe, pero trabajaba menos. JL

Anónimo dijo...

Muchos quedamos prendados para siempre, viendo aquél atletismo por tv. Ovett, Cram, Coe, González, Abascal, Deleze, Aouita, Scott, Maree, Spavey, Wessinhagge, Elliot, Rono, Antibo, Mei, Cova, Panetta...además de las Meyfar, Melinte, Puica, Decker, Bud, Drechler...en fin 10 años aproximadamente, en los que mucha gente caimos sin remisión en las pasión por un deporte incomparable.

Gracias por escribir sobre ello.

Saludos, salud y kilómetros.LM.